Jutbah 18 de Febrero de 2011 - Cualidades del Profeta Muhammad
Alabado sea Allah fuente de toda sabiduría y justicia que nos ha dado intelecto para que comprendamos y no nos ha dejado abandonados a nuestra suerte.
Alabado sea Allah que nos envió profetas y mensajeros para guiarnos por el camino correcto, y envió a Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, como el sello de la profecía.
Amar a Muhammad, que la paz y las bendiciones de Allah sean con él, es parte de nuestra religión.
Dijo el Profeta: “Ninguno de ustedes ha de completar su fe hasta que yo sea más amado para él que su hijo, su padre y todas las personas”.
Para amar a Muhammad es necesario que lo conozcamos, y sepamos cómo era su comportamiento y así poder tomarlo como ejemplo y guía, tal como nos ordena el Corán cuando dice:
“Tienen en el Mensajero de Allah el mejor ejemplo para quienes tienen esperanza en Allah y en el Día del Juicio” (33:21)
En esta Jutbah mencionaré algunas de sus características y modales, quiera Allah concedernos así amarlo más y seguir más firmemente su ejemplo.
1. Recataba su mirada con tranquilidad y educación. Miraba mucho hacia el cielo en contemplación y al invocar a Allah.
2. Cuando se encontraba con alguien era el primero en saludar con la paz, salam.
3. No hablaba salvo que fuera necesario. Sus palabras nunca eran desubicadas ni ofensivas.
4. Ante cualquier situación buena alababa y glorificaba a Allah. Jamás criticaba lo que tenía o recibía. Jamás criticó una comida.
5. Solía sonreír y reír con alegría, pero no pronunciaba carcajadas estruendosas. Dijo: “Yo bromeo pero no digo sino la verdad”.
6. Solía decir: “infórmenme sobre las necesidades de la gente”, porque sabía que había personas que sentían timidez de presentarse ante él. Cuando se presentó ante él un beduino que empezó a temblar por temor a él, le dijo: “Tranquilízate, soy simplemente el hijo de una mujer que comía pan duro en La Meca”. También se relató que “solía remendar su propia ropa y zapatos, ordeñar su cabra y hacer todas las demás labores que hacen los hombres en sus hogares”.
7. Solía visitar a sus compañeros y amigos, y estar atentos a sus situaciones personales.
8. Al sentarse y al levantarse recordaba y agradecía a Allah. Al abandonar una reunión siempre hacía una súplica pidiendo a Allah el perdón de cualquier falta.
9. Al llegar a una reunión, se sentaba donde había un lugar vacío. No aceptaba que nadie le cediera su lugar, y prohibió a sus compañeros que se pusieran de pié para recibirlo con honores, siendo él mismo el ejemplo y personificación de la humildad.
10. Honraba a todas las personas que lo visitaban y jamás ignoraba a alguien. A tal punto que al terminar una reunión, todos se sentirían que habían sido los más atendidos por el Profeta.
11. Jamás ignoraba los pedidos de la gente. Llegó a interrumpir una Jutbah para atender el pedido de una anciana y complacer su necesidad.
12. No levantaba la voz a nadie. Dijo: “Moderen su voz, ya que la voz más desagradable es el rebuzno del asno”.
13. No maldecía a la gente, no insultaba, no difamaba ni hablaba mal de un ausente.
14. No se inmiscuía en los asuntos que no le correspondían. Dijo: “Es señal del buen islam de una persona, el no entrometerse donde no debe”.
15. Escuchaba atentamente a quien le hablaba mirándolo de frente. No lo interrumpía hasta que había dicho todo lo que éste tenía para decir.
16. Era educado y elocuente al hablar. Cuidaba sus palabras y se expresaba claramente, repitiendo siempre que hiciera falta o fuera muy importante lo que estaba diciendo, para recalcar.
17. Era educado y humilde en su actitud hacia la gente. No era altanero ni soberbio. Dijo: “los bienes que yo tengo nunca lo guardaría si los necesitaran. Quien se abstiene de pedir cosas, Allah lo perdonará y quién se complazca con lo que tiene, Allah lo hará rico”.
18. Era valiente y el primero en preocuparse por la gente.
19. Era sensible y profundamente espiritual. Lloraba emocionado al recordar a Allah y recitar el Corán.
20. Pedía perdón a Allah cada día más de 100 veces.
21. Solía atender a los pobres y dar de comer a los hambrientos y necesitados, compartiendo con ellos sus escasos alimentos.
22. Visitaba y honraba a sus familiares.
23. Cuando se encontraba con alguien, lo hacía con una sonrisa honesta en el rostro.
24. Se alegraba por la felicidad de sus compañeros y se entristecía con ellos cuando sufrían una desgracia.
25. Vestía ropas humildes, comía con los pobres, saludaba dando la mano al rico y al pobre, al adulto y al niño, y no le retiraba la mano hasta que la otra persona lo hiciera primero.
26. Se sentaba en el piso y comía en el piso.
27. Era sencillo en la convivencia, siempre facilitaba las cosas, y no las complicaba.
28. Siempre que le daban a elegir entre dos opciones, elegía la más fácil y sencilla, a menos que fuera un pecado.
29. Cuidaba su apariencia y su higiene. Si se veía en el espejo arreglaba su cabello, y se embellecía para su esposa. Se cepillaba los dientes al menos 5 veces al día, y se perfumaba siempre que tenía oportunidad.
30. Antes de comer, alababa a Allah por su generosidad, mencionaba su nombre, comía de lo que tenía adelante, no criticaba la comida, si le gustaba comía, si no le gustaba no comía, elogiaba lo que había para comer, comía con su mano derecha y tomaba dando cortos sorbos, generalmente tres, al finalizar la comida agradecía a Allah por los alimentos y por la guía del Islam.
31. Era muy devoto en su adoración a Allah. Le gustaba orar largamente por las noches y recitar el Corán, lo hacía hasta que sus tobillos se hinchaban.
32. Le gustaba el retiro espiritual y el ayuno.
33. Era altruista y prefería a los demás antes que su propia persona; daba generosamente y pasaba un mes o dos meses en su casa sin que se encendiera fuego para cocinar.
34. Era profundamente compasivo con la gente. Enseñó con sabias palabras: “Quien no es misericordioso con quienes están en la tierra, no será misericordioso con él quien está en los cielos”.
35. Jamás golpeó a un niño ni a una mujer, y dijo: “No es de los nuestros quien no honra a nuestros ancianos y no respeta a nuestros niños”.
36. Enseñaba con las palabras y el ejemplo la igualdad y la equidad. Dijo: “Gente, vuestro Dios es uno; un árabe no es superior a un no árabe, ni un no árabe es superior a un árabe; ni un blanco es superior a un negro, ni un negro es superior a un blanco, excepto ante Allah por la devoción y la piedad”.
¡Qué Allah te bendiga, de paz, aumente tu honra y tus seguidores Oh mensajero de Allah!
¡Oh Allah! bendice a tu Profeta Muhammad. Allah haz que nuestra vida sea una expresión de nuestro amor por él, y concédenos morir siguiendo su guía y religión. ¡Oh Allah! concédenos la fortaleza para seguir su Sunnah y tradición, y regálanos su intercesión el día del Juicio, y concédenos estar junto a él con quienes Alá ha agraciado: los Profetas, los veraces, los que murieron dando testimonio de su fe y los justos. ¡Oh Allah! bendice al Islam y los musulmanes. Une nuestros corazones y concédenos unidad como nación y comunidad.
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