sábado, 24 de abril de 2010

Nos recordó al Anticristo un día...‏ Salla Alah 'aleihi wa sallam

En nombre de Alah el Clemente el Misericordioso





Se transmitió de An Nawás Ibn Samán, Allah esté complacido con él, que dijo:

“El Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz, nos recordó al Anticristo una mañana, y abundó en cuestiones sobre él de tal manera que pensamos que ya se encontraba cerca de nosotros. Y cuando volvimos a él, se dio cuenta de lo asustados que estábamos al ver nuestros rostros y nos preguntó:

‘¿Que os pasa?’

Dijimos: ‘¡Oh Mensajero de Allah, nos has recordado al Anticristo esta mañana, abundando en cuestiones sobre él de tal forma que pensamos que ya se encontraba cerca de nosotros!’

Dijo: ‘No es el Anticristo lo que más me asusta para vosotros, pues, si aparece estando yo con vosotros, seré yo únicamente quien se oponga a él; y si aparece cuando yo no esté con vosotros, cada uno se defenderá a sí mismo y únicamente tendrá a Allah como protector.

Ciertamente, será un joven de pelo crespo y su ojo no verá. Y le veo cierto parecido con Abdiluzza Ibn Qatan. Quien de vosotros alcance a verlo, que le recite las primeras aleyas de la azora de 'La Cueva'.

Ciertamente, saldrá entre Sham e Iráq y llevará la corrupción a diestro y siniestro.

¡Oh siervos de Allah, sed firmes!’

Preguntamos: ‘¿Mensajero de Allah, y cuánto permanecerá en la Tierra?’

Dijo: ‘Cuarenta días: un día será como un año, otro como un mes, otro como si fuera un Yumua y el resto de los días como vuestros días.’

Preguntamos: ‘¿Mensajero de Allah, en el día que será como un año, nos bastaría en él, la oración de un día?’

Contestó: ‘¡No, calculad su tiempo!’

Preguntamos: ‘¿Y cuál será su celeridad en la Tierra?’

Dijo: ‘Será como el viento que viene tras la lluvia y seca lo que ha mojado. Acudirá a las gentes y las llamará (haciéndoles dawa), y ellos creerán en él y le responderán. Ordenará al Cielo y lloverá; ordenará a la Tierra y crecerán las plantas.

Por lo cuál, los animales regresarán en todo su apogeo, completamente saciados, repletos de leche y de anchos flancos.

Después acudirá a otra gente y le hará ‘dawa’, pero ésta rechazará su palabra. Y él se alejará de ella. Amanecerá en una tierra completamente yerma y no quedará ninguna riqueza en sus manos. Pasará por unas ruinas antiguas y dirá:

‘¡Saca tus tesoros!’

Y le seguirán como si fueran zánganos de colmena.

Después llamará a un hombre joven en toda su plenitud, le golpeará con la espada y lo convertirá en dos trozos de un sólo golpe. Después lo volverá a llamar y lo resucitará. Acudiendo de nuevo a él y con el rostro sonriente. Entretanto Allah enviará al ungido, hijo de María, la paz sea con él. Descenderá ante el minarete blanco oriental de Damasco entre dos ropajes. Y las palmas de las manos bajo las alas de dos ángeles que lo descenderán. Al inclinar su cabeza caerán gotas de agua y al levantarla descenderá de él un sudor como perlas plateadas.


Y todo infiel que encontrara el olor de su respiración, moriría.


Y su respiración llegará hasta donde llegue su vista. Lo buscaría (al Anticristo), hasta alcanzarlo y matarlo en Babilud.

A continuación acudirá Jesús, la paz sea con él, a la gente que no creyó en el Anticristo, a los que Allah había puesto a salvo de él. Frotará sus rostros y hablará de sus grados en el Jardín.’

Mientras tanto, Allah, El Altísimo, inspiró a Jesús, la paz sea con él:

‘¡Ciertamente, Yo he salvado a unos siervos míos a los que nadie podrá combatir. Ve, pues, con mis siervos al monte para que se defiendan!’


Allah enviará a Gog y Magog. Un pueblo inmenso de gentes que saldrán corriendo por todas partes. Los primeros pasarán por el lago Tiberiades (próximo al mar Muerto en Palestina) y se beberán todo su contenido. Después pasarán los últimos y dirán: ‘¡Aquí hubo una vez agua!’

Y se verán rodeados en la montaña el profeta de Allah Jesús, la paz sea con él, y sus compañeros, hasta tal punto que el precio de una cabeza de toro para uno de ellos, fuese de más valor que cien dinares de cada uno de vosotros hoy.

Invocarán a Allah y le pedirán, el Profeta Jesús, la paz sea con él, y sus compañeros, Allah esté complacido con él, que los extermine.

Y Allah hará caer gusanos sobre sus cuellos y aparecerán muertos todos a la vez.

Después, al descender el profeta de Allah Jesús (Isa), la paz sea con él, y sus compañeros, Allah esté complacido con él, a la Tierra, no encontrarán en ella un sólo palmo que no esté cubierto de hedor maloliente de los cadáveres.

Pedirán a Allah, Jesús, la paz sea con él, y sus compañeros, que los libre de ese mal y El Altísimo les enviará pájaros como cuellos de camello de grandes que los llevarán y los arrojarán donde Allah quiera.

A continuación mandará Allah una lluvia tal que no quedará casa ni nada que se esconda hasta dejar la Tierra limpia como un espejo.

Después se le dirá a la Tierra: ‘¡Crece y hecha tus frutos! ¡Devuelve tu báraka!’

Ese día, todo un grupo de gente podrá comer de una sola granada y se cobijarán a la sombra de su cáscara. Se les bendecirá la leche hasta dar una camella lo suficiente para un grupo de gente. Y una buena vaca lechera dará para toda una tribu.

Y la de la cabra para un clan de la tribu.

Entretanto, Allah enviará un viento bueno que los cogerá por debajo de las axilas, tomando el alma de cada creyente y de cada musulmán. Y quedarán los peores de toda la gente, copulando como lo hacen los burros, en presencia de todos.

Y para ellos habrá llegado la Hora.”

Lo relataron Muslim (2250), Ah Thirmidhi (2240), ibn Mayah (4075).


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